Ojos Que no Ven, Corazón que no siente.
Durante los últimos días hemos visto con dolor, con indignación y hasta con rabia como se quema nuestro querido, amado y siempre compañero el Warairarepano, durante años conocido como Cerro El Avila. Las llamas de gran tamaño han reducido a cenizas decenas de hectáreas de sabanas y bosques, acabando con la vida de numerosos animales, como también con nuestra planta natural procesadora de dióxido de carbono, y nuestro hermoso paisaje. Las autoridades encargadas de la materia calculan unas 200 hectáreas carbonizadas, y el incendio ha logrado la atención y la presencia directa del canciller de la república, Nicolás Maduro, del ministro del poder popular para las relaciones interiores y justicia, Tarek El Aissami y de otros altos funcionarios de gobierno. Es necesario destacar el trabajo sostenido de los hombres y mujeres que han venido trabajando arduamente para controlarlo. Ahora, pareciera que todo este esfuerzo es solo para lograr controlar los incendios forestales “por donde pasa la reina” o “por donde ve la reina” o digámoslo de forma más amplia, por donde ven los habitantes de la zona metropolitana, Los ojos que ven, los corazones que sienten.
Resulta que en otros lugares de nuestro país y hasta muy cerca de Caracas, bestiales incendios forestales también están consumiendo nuestras áreas verdes y parques nacionales, sin ir muy lejos les cuento el caso del Parque Nacional Macarao. Para los que no sepan el Parque Nacional Macarao es el otro parque que tiene parte de su territorio dentro del área metropolitana, aparte del Warairarepano, una parte de su superficie está en las poblaciones de Macarao, las Adjuntas y El Junquito, también una gran parte de él está en el Estado Miranda, en las parroquias San Pedro y el Jarillo y una parte lindando con la colonia Tovar y el monumento natural Agustín Codazzi. Cuenta con 15.000 hectáreas de las cuales su mayoría son de bosques vírgenes o de muy poca intervención humana.
Este, nuestro parque nacional Macarao, también está en llamas, y el incendio devastador que ocurrió en el Warairarepano es apenas un niño delante de éste. Durante más de 25 días los bomberos forestales voluntarios de la Parroquia San Pedro (Grupo Condor 1) y personal de PC Miranda principalmente han estado combatiendo sin descanso y con muy poco apoyo este incendio que consume la parte sur de nuestro parque. Hasta ahora se han consumido cerca de 1000 hectáreas (un 10% del parque), y sigue extendiéndose. Como comentaba anteriormente, el personal voluntario que combate día a día este incendio es de apenas unas 12 o 15 personas, estos apoyados por la Junta Parroquial de San Pedro, la Radio Comunitaria Paraipa 93.9 FM y algunas otras personas de la comunidad siguen en una intensa lucha por controlarlo. Lamentablemente las articulaciones que se pueden hacer con Inparques son pocas, apenas unos tres o cuatro guarda parques participan en el trabajo de extinción del incendio.
Ahora bien, este incendio preocupa a muy pocos, puesto que “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Es válida esta afirmación, ni el canciller, ni los ministros, ni los habitantes de caracas y los Teques siente el dolor y la pérdida que genera este incendio, sienten la Calima, si, y creen que es producto del incendio del Warairarepano, hasta lo leí por ahí en un periódico, pero no, no es la Calima causada por el incendio del Warairarepano, Gran parte de esta Calima sobre Caracas y los Teques proviene de este incendio del Parque Nacional Macarao. Lo Indignante es no contar con un sistema dirigido desde Inparques o desde el ministerio de relaciones interiores que logre movilizar inmediatamente personal para sofocar este incendio, cómo es que no se articula con las FANB para que batallones de la guardia nacional o de las milicias apoyen en el combate y la extinción. Nuestros voluntarios que están ahí, trabajando duro, con una promesa de un aporte económico que ofreció Inparques a principios de año, del cual aún no han visto ni una puya, a pesar de que van tres meses de temporada de incendios y que además esperan por ese recurso para resolver necesidades domésticas, ellos, siguen ahí, poniendo el alma, para salvar a nuestra madre tierra que se desvanece. Es Necesario que actuemos con celeridad, es necesario que los medios de comunicación cubran esta situación, que nuestros ministros se acerquen hasta aquí para que puedan directamente ordenar la movilización de los recursos necesarios para extinguir el incendio, como además para fortalecer los equipos de control y extinción. Mi corazón y el de muchos siente, porque ven todos los días que sigue avanzado el incendio, los llamo a ustedes a que sientan también y se movilicen, en lo que puedan, cuéntenle al vecino, llamen a sus amigos, publíquenlo por ahí, díganles, no es solo el Warairarepano, es el ecosistema, es la vida, debe haber un plan integral.
Juan Salvador Peñalver.
Paraipa 93.9 FM.
plasty82@gmail.com